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domingo, 25 de enero de 2015

Heinz Dieterich: ¿Último año de gobierno chavista?




1. Crisis terminal

La crisis económica de Venezuela se ha convertido en una crisis política terminal para el gobierno de Maduro. Maduro perderá las elecciones parlamentarias de este año y saldrá a más tardar en 2016 del poder, sea por referéndum revocatorio, renuncia o intervención militar. Es prácticamente imposible que el oficialismo revierta este escenario. Con el 75% de la población en contra del gobierno de Maduro; con China negándose a inyectar más liquidez a una política económica idiota y suicida; con una oposición unificada para las elecciones parlamentarias y la cobardía sin límites de los gobernadores y líderes del PSUV para cambiar el rumbo del país, el oficialismo ha perdido todo poder de negociación para salvarse. La troika Maduro-Cabello-Arreaza se mantiene sobre mentiras y bayonetas. Pero, las mentiras ("guerra económica") ya sólo convencen al 20% de la población y el tiempo de las bayonetas se acaba. En menos de dos años, una troika de ineptos y prepotentes ha despilfarrado la herencia de lucha popular de generaciones; desprestigiado la alternativa del Socialismo del Siglo 21 y creado las condiciones para la reconquista del poder por la oligarquía y el imperialismo.

2. Economía política del debacle

La crisis terminal es resultado del fallido intento de la Nueva Clase Política "bolivariana", de monopolizar el poder político monopolizando el plusproducto petrolero. En un raro momento de verdad, el Gobernador del estado Anzoátegui, Aristóbulo Istúriz, reconoció públicamente (14.7.2014) esa estratagema: "El control de cambio en Venezuela no es una medida económica…, es una medida política. Porque si nosotros quitamos el control de cambio, ustedes sacan los dólares y nos tumban. Mientras gobernemos tendremos que tener control de cambio. […] Y tendremos que amoldarnos, con control de cambio, a manejar la economía".

Dirigir un país a través del control del plusproducto --medida recomendada por Fidel a Chávez--- es una política correcta. De hecho, todas las clases dominantes del mundo lo hacen. Pero, hay que saber hacerlo. Y ahí, la troika tenía todo resuelto. Delante de sus narices, Evo Morales, Rafael Correa, Lula y Daniel Ortega, aplicaban exitosamente el know how del desarrollismo criollo viable en América Latina. Simplemente, tenían que entender y asimilar la dialéctica de este desarrollismo. Pero, su incultura, arrogancia e ideología delusional (delusional thinking) lo impidieron y llevaron la economía nacional al actual panorama desolador. Las cifras del PIB, del déficit fiscal, de la inflación, de las reservas internacionales, de la sobrevaluación, etc., describen el panorama con precisión; mientras que el precio bajo del petróleo y la incapacidad de someter mercantilmente a Arabia Saudita, Irak y Qatar, aborta las esperanzas de una pronta recuperación.

3. Se asoma el Leviatán

En su sobreestimación infantil del poder del Estado frente a la sociedad, y su hybrisgeneralizada, la nomenclatura del PSUV convirtió la crisis económica en crisis política. Su receta de autodestrucción consta de tres elementos: a) no hacer las reformas necesarias cuando tenía el poder de negociación necesario, después de la elección de Maduro; b) no entender que su mentira de "guerra económica" tenía un ciclo de manipulación efectiva limitado, como toda propaganda; c) al obligar al ciudadano a presentar documentos de identidad, registrarse, someterse a controles biométricos, conculcarle sus derechos civiles y constitucionales (prohibición de pernoctar fuera de supermercados) etc. ---y toda esta parafernalia para comprar un kilo de papas (sic)--- lo humillan, muestran que su modelo económico es inviable y exhiben la cara de Leviatán del Estado (policiaco).

4. La negación de China

El gobierno chino ha tenido tres fases en su trato con la troika. Cuando --por default-- la troika llegó al Palacio de Miraflores, Beijing creyó en los reportes triunfalistas de los burócratas de su embajada, de que todo iba viento en popa. Cuando los índices de disfuncionalidad de la troika se hicieron más evidentes, Beijing aceptó que había una alta probabilidad, de que fracasara. Pero, para proteger sus inversiones de alrededor de 50 mil millones de dólares, por razones de Estado y geopolítica, decidió seguir apoyando, para evitar el peligro de un gobierno de derecha pro-gringa. Sin embargo, con el fracaso de la desesperada e improvisada visita de Maduro a China, Rusia y los países de Medio Oriente, quedó claro que Beijing ha abandonado la esperanza de que la troika pueda salvarse. Le negó a Maduro la liquidez necesaria ($16 mrd) para mantener su reality show" de "socialismo" hasta las elecciones. Para Beijing, la troika ya ha entrado en un de facto defaultpolítico-económico. Es una conclusión nada dramática ni sorprendente. Simplemente reconoce una verdad objetiva que en lo económico ya había sido evidenciada por múltiples instituciones financieras del Capital.

5. Las mayorías se van – el fin del Chavismo

La sentencia al colapso de la troika está escrita en la evaluación de su gestión en las últimas encuestas nacionales. El 84% de la población considera la situación del país mala o muy mala; el 74% piensa que la gestión de Maduro es mala; el 72% no creen "nada" de las declaraciones del Presidente sobre la economía; el 70% no quiere que siga más allá del 2016; el 86% lo considera responsable de las colas; la presencia de los militares en el gobierno es considerado malo por un 70% y el 75% cree que la situación económica es ahora peor o mucho peor que hace un año.

Maduro es, hoy día, un general sin tropas. Pero, peor, sin espacios de maniobra: el 80% de los encuestados está en contra de una devaluación del bolívar; el 70% en contra del aumento de la gasolina; el 85% rechaza las expropiaciones como mecanismo para resolver la crisis y más del 90% considera indispensable un acuerdo entre el sector público y el privado para enfrentar la crisis.

6. La Batalla decisiva y el colapso de la 5ta República

La troika y su sumisa nomenclatura entran ahora a la batalla decisiva por el poder. Pero, comandan una fuerza fantasma. No tienen programa, ni cuerpo dirigente, ni narrativa o mística de guerra, ni tropas (apoyo popular/clase media), ni dinero. Es decir, carecen de los recursos básicos para vencer. Y, aunque en la guerra se cuentan los muertos después de la batalla, es obvio, que el destino de la batalla está sellado.

Ante esta situación, al 40% de los ciudadanos que no quieren votar ni por la troika moribunda, ni por la derecha unificada de Capriles-Falcón-López, les queda un solo camino de acción, para garantizar su futuro y el de la Patria. A semejanza de Grecia y España (Syriza, Podemos), formar un nuevo partido político de centro(-izquierda) que acaba con el estéril bipartidismo venezolano.

Henry Ramos Allup: “El Mensaje”


Henry Ramos Allup: “El Mensaje”


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foto cortesía del El Universal 



Escuché con atención el mensaje de Nicolás Maduro ante la AN el miércoles pasado. No puedo decir que me sorprendiera porque en realidad sospechaba su vacuidad, pero la responsabilidad imponía no opinar a priori sin concederle el ahora injustificable margen de duda. Más de lo mismo: La invariable línea discursiva que el chavismo emplea desde su advenimiento hace quince años, encapsulada en el ataque político polarizante que le ha resultado rentable y le permite el margen de maniobra del que carece en materia económica, el consabido guión de acusaciones genéricas contra los adversarios ciertos y supuestos, a quienes responsabilizan de todo lo pésimo que acontece, así como la defensa de las propias acciones y omisiones, la oferta vaporosa e inasible y etcétera, etcétera. La frustración es de todo el país que creía que el mensaje presidencial anunciaría por fin las medidas para superar aunque fuera en pequeñísima parte la tragedia cotidiana que padece el país. Pero nada.

Pero no hay mal que por bien no venga. Del mensaje podemos sacar enseñanzas. La oposición como totalidad debería tener claro que confrontarnos en el campo que le conviene al gobierno, es una estrategia equivocada para quienes sostenemos ser alternativa a esta hecatombe. Si desde que el chavismo arribó al poder hemos contendido en el terreno escogido por él según las reglas que le convienen y de eso hemos salido mal parados, es elemental que nos salgamos de ese cepo y planteemos nuestra propia estrategia. Por cierto que eso requiere superar nuestros propios escollos y errores, tales son el discurso político polarizante, los mesianismos, individualismos y voluntarismos calcados del chavismo a sabiendas que en el lado opositor no hay líder único ni partido hegemónico, el atarnos a uno solo de los escenarios y sobre todo al que se daba por inminente y no lo fue y, peor, considerarlo único prescindiendo de todos los demás. Debemos apartarnos de las obcecaciones porque son incompatibles con un oficio en el que debe valer únicamente la racionalidad y jamás las glándulas.

Al escoger nuestro propio terreno, debemos insistir en los temas de la cotidianidad (escasez, inflación, inseguridad), que son los que le interesan a la gente, y tener presente que aquí puede pasar cualquier cosa, llámese estallido social, golpe de Estado, elecciones nacionales y locales, terminación anticipada del período por las causales del 233 constitucional y también elecciones presidenciales por terminación natural del período. Todos los escenarios deben examinarse de más a menos probables sin descartar ninguno, entendiendo que nadie puede por sí solo y recordando que los esfuerzos colectivos por muy nobles pueden desembocar en gigantescas frustraciones (como los sucesos de abril del 2002, el paro petrolero, la plaza Altamira, la abstención en las parlamentarias del 2005 y otros que no menciono para no herir susceptibilidades), y hasta convirtiendo repentinamente a los villanos de hoy en héroes al día siguiente o viceversa. Evitemos que nuestras equivocaciones lleven a la reivindicación del chavismo salvándolo del desplome que parece indetenible o porque se piense que somos peores. Convenzamos a la gente que somos la alternativa, una propuesta para beneficio del país y no meramente un quitar unos para poner otros. Nosotros tenemos la palabra.

fuente:http://acciondemocratica.org.ve